Madres de familia mexicanas
Las familias de México se han modificado radicalmente en su conformación en los últimos años, funciones y tipo de relaciones que establecen sus integrantes, derivadas de cambios demográficos en correspondencia con las tendencias mundiales.
ANTECEDENTES.
Una de las principales transformaciones de los hogares mexicanos ha sido el aumento de hogares jefaturados por mujeres. Con datos de la ENIGH, resultan ser 24.7 en 2011, y 28.5 por ciento en 2021 considerando una tasa de crecimiento de 12 por ciento; mientras que los hogares con jefatura masculina crecieron solo 4.4 por ciento, en el mismo periodo.
Es por ello por lo que este día, resaltamos el rol de la madre en la estructura familiar.
A poco más de un año del confinamiento, son muchos los hogares que se sostienen gracias al trabajo de mujeres, madres de familia que día con día sacan adelante a sus hijos.
Resaltaremos que un gran acto de amor y compromiso con los hijos es adquirir un seguro de vida, y para muestra un breve recuento de las cifras que nos está dejando este primer año de pandemia.
COVID-19 HA DEJADO MILES DE HUÉRFANOS DESPROTEGIDOS.
De acuerdo con informes oficiales del Gobierno de la CDMX, en la capital del país se han contado al menos 30 mil decesos (número que va en aumento) y se tiene detectado que al menos 3 mil menores perdieron a uno de sus padres, según en el Sistema para el Desarrollo Integral para la Familia de la Ciudad de México (DIF).
PROTECCIÓN POR ORFANDAD
Lamentablemente muchas personas que perdieron la vida eran jefas de familia, es decir; la única entrada económica en sus hogares. Sin contar el saldo de huérfanos a nivel nacional, estamos hablando de cifras muy tristes, siendo que la enorme mayoría no tenía Seguro de vida.
Y es que tener un Seguro de vida es un acto de amor a los tuyos. En Latinoamérica la cultura de la prevención aún es escasa, las personas siguen teniendo la falsa percepción de que un seguro es un gasto innecesario. Quienes nos dedicamos a promover la cultura financiera y generar consciencia de la importancia de asegurar y proteger nuestro patrimonio sabemos que aún hay mucho por hacer. Veamos algunos puntos.
FALSAS CREENCIAS
“Es un gasto que no necesito ahora”
De entrada, no es un gasto, es una inversión y un acto de responsabilidad por los hijos que has traído al mundo. Al menos durante sus primeros 18 años de vida.
Aquí cabe aclarar que un Seguro de vida te protege a ti, ante una situación de invalidez o enfermedad terminal, pero los protege a ellos en caso de que tú faltes el día de mañana. La muerte no avisa, y por mucho que seamos saludables y precavidos, nadie está exento de fallecer en cualquier momento. El Seguro de vida protegerá a los tuyos con una suma de dinero mientras atraviesan la tragedia.
Ahora bien, si llegas a sobrevivir, tus hijos son adultos y ya no sientes la necesidad o las ganas de seguir asegurado, puedes retirar tu dinero en el momento que quieras. Recuperarás tu inversión e incluso con rendimientos (dependiendo del plazo en que hayas dejado tu dinero dentro de ese fondo), se trata de ganar – ganar.
“Ya tengo protección, en mi trabajo tengo seguro de vida”
Este mito se ha difundido a partir de la ignorancia de las personas que adquieren un Seguro de vida colectivo, otorgado por las empresas donde laboran y desconocen o malinterpretan las cláusulas.
¿Te has preguntado por qué pasa esto frecuentemente?
Antes de afirmar que estás protegido porque tienes un seguro de vida colectivo, pregúntate qué tanto sabes acerca de dicho seguro: suma asegurada, protección, vigencia, cobertura, términos y condiciones, etc.
¿Realmente vale la pena el descuento que te hacen por tener esos limitados beneficios?
La única manera de tener claras tus dudas es con expertos. En Tagle Consultores podemos ayudarte a resolver cada duda e inquietud y además construiremos juntos la estrategia que se adapte a tus necesidades precisas. Un Seguro de vida es un traje a la medida, que sólo con la guía de profesionales podrás tener.
“Aún no tengo hijos, no necesito un seguro de vida”
Es un gran error asegurar que se tendrá salud y capacidad para trabajar por siempre.
Es muy bueno ser positivos, incluso es saludable para la mente y el espíritu. Pero de eso, a ser temerarios y caminar por la vida pensando que somos invencibles e intocables, hay una diferencia.
Cuando el Seguro de vida lo adquieres exclusivamente para ti, porque no tienes dependientes económicos, se te está olvidando la persona más importante que depende de ti, y esa eres tú.
REALIDAD
Si hoy tienes juventud, fuerza y salud para trabajar y mantenerte gracias a los frutos de tu esfuerzo, es muy bueno, trabajar nos dignifica. Sin embargo, en cualquier momento puedes sufrir un accidente o desarrollar silenciosamente algún padecimiento que te ubique en una situación de invalidez. Invalidez para trabajar y por ende ganar dinero para mantenerte. El Seguro te protege de ello. Además, un Seguro no es para siempre, si tú no quieres que así sea. Puedes pedir tu dinero de vuelta, y si lo haces después de haber terminado el plazo de tus aportaciones, recibirás la recompensa con ganancia y se habrá convertido en un fondo de ahorro (con protección). La modalidad y el sentido que le des a tu Seguro depende sólo de ti.
Volviendo al tema principal de este artículo, te invito a recapacitar acerca de lo diferente que les pintaría el futuro a esos miles de huérfanos que además de atravesar la dolorosa pérdida, lo harán con precariedad económica que sus madres y padres les hubieran evitado al tener un Seguro de vida.
Es buen momento de que las mujeres, las madres, pongamos el ejemplo y marquemos la diferencia adquiriendo un seguro de vida. Podemos cambiar el rumbo de vida de nuestros hijos.
Conócenos y desarrollemos juntos el plan a tu medida. La asesoría es gratuita, no hay pretextos para no informarte.